martes, 20 de abril de 2010

Bajo la corteza

La sombra alargada,
una nube.
La silueta desaparece
y queda
lo que no cambia:
El árbol,
majestuoso y real,
ahondando en la quietud
de lo que no cambia
ni cambiará.

Sería tan inútil
buscar ahora la sombra
como fijarse antes en el árbol.
Tan solo mira a tu alrededor.
Posterga eternamente la búsqueda.

La quietud de la vida
es lo único que perdura.

La paz está en aquello que permanece.